domingo, septiembre 28, 2008

REMEMBRANZAS

“Primavera”
Francisco de Goya

Con la llegada de la primavera y viendo el cariz que tomaron los festejos de la misma en los últimos años, me recorrió cierta nostalgia...

¡Cuántos preparativos! ¡Con qué entusiasmo hacíamos planes para disfrutar ese 21 de septiembre que se acercaba! ¡Cuántas emociones juntas!

¿Cuál sería el lugar elegido esta vez? ¿Los bosques de Ezeiza? ¿El Rosedal de Palermo? ¿Barrancas de Belgrano? ¿La costanera? ¿Laguna de Lobos? ¿Paraná de las Palmas? ¿El río Luján? ...o tantos... tantos más...

Unos se encargaban del almuerzo, otros de las facturas y el mate, alguna de las chicas sumaban el bizcochuelo que a último momento hizo la tía regalona, otros llevaban la heladerita con las bebidas previamente congeladas en la Siam. No faltaban las paletas de tenis, la pelota, los naipes... y lógicamente el viejo Winco y los temas de la época que más arrasaban en las voces de Elvis, Serrat, Sandro, Palito, Los Beatles, Los Iracundos, etc., etc., toda una mezcla de la música nacional e internacional...

Pero... lo mejor de todo era que ¡disfrutábamos sanamente!, porque existían valores que se respetaban aun en el tiempo del divertimento...

Vivíamos a pleno ese día con la alegría de la amistad y la emoción de descubrir algún primer amor...

¡Éramos felices!

Y entre los distintos grupos, aun sin conocernos, nos intercambiábamos una porción de pasta frola por otra de torta de ricota...

No existian el vino en cajitas ni la droga...

Hoy se matan por robar un choripán o una cerveza en pleno festejo. Y apuestan a quién es el que más toma... para después generar peleas que terminan en hospitales, cuando no más gravemente...

A la hora del retorno, tanto las chicas como los muchachos nos ocupábamos de dejar el sitio en las mejores condiciones posibles, eso se consideraba "tener respeto por el lugar ajeno".

Y pegábamos la vuelta felices y con las anécdotas propias para compartirlas cada uno en nuestros hogares con nuestros padres... porque en aquellos tiempos teníamos la dicha de contar con la mejor y más cara de las instituciones: la FAMILIA.

Francisca Luján

Etiquetas: