FELIZ 2007
¡Hola...! ¿Cómo están? Les envío un beso enorme y un ¡¡¡FELIZ 2007!!! Hubiese querido saludarles antes de finalizar el año... pero no me dieron los tiempos. Por eso lo hago hoy, 6 de Enero, Día de Reyes, fecha tan especial para mí...
¡Es un día que amo tanto...! Me recorren muchas emociones, pues la noche del 5 de enero, desde hace muchísimos años, me produce una especie de encanto que me lleva curiosamente a la misma actitud: contemplar como embelesada el cielo infinito...
Y, créase o no, me parece sentir desde el vasto cielo estrellado una comunicación especial...
Las noches del 5 de enero tienen un aroma diferente y el azul nocturno pareciera resaltar más que en todas las otras noches del año...
Las estrellas me parecen que lucen sus colores con brillo más intenso...
Y siempre observo, año tras año, unas nubes de raras formas... ¡jugar a una ronda especial con la luna!
No sé cuál es el significado de este estado que se produce en mí en las noches de Reyes..., pero quise contarles a ustedes mi experiencia.
¿Quíén no recuerda con emoción los preparativos previos, como buscar el pastito para los camellos o el balde de agua fresca para apagar la sed de tan largo viaje? ¡Con cuánta emoción esperábamos ese día...!
Y les aseguro que siempre discutí con todo áquel que quisiera negar que yo... ¡había visto a los tres REYES MAGOS a los pies de mi cama.. ! Son tres rostros que no olvidaré jamás.
Después, cuando fueron pasando los años, yo era la encargada de mantenerles esa ilusión tan hermosa a los niños del barrio, ya que me encantaba dibujarles un camino de pastito o ramitas de diferentes plantas desde mi casa hasta la media cuadra y se perdían en alguna azotea...
Jamás olvidaré los ojitos brillantes de mi hermano menor y sus amiguitos recorriendo el supuesto trayecto de los camellos...
Y una vez que había llovido terriblemente no tuve mejor idea que marcar, sobre la tierra ablandada por el agua, una herradura que había en el fondo de casa... Les cuento que todo el día fue un desfile de niños con ojitos desorbitados de alegría y asombro..., que gritaban eufóricos llamándose unos a otros: “¡Juancito, Miguel, Oscar, Cachito, Pirucho..., en la casa de Alberto los camellos dejaron las pisadas...!”
Hoy esos chicos ya son hombres, algunos con hijos.y nietos. Cada vez que se encuentran.. recuerdan aquella anécdota con emoción...
Y tantas... tantas vivencias.que uno guarda en la memoria relacionadas con esta fecha... Quizás sea el motivo de tener ese especial encanto la noche del 5 de enero.
Como regalo de Reyes me gustaría que en cada corazón del hombre renaciera aquel niño puro que alguna vez vibró con la simpleza del ¡AMOR! Y así poder transformar este querido planeta en un mundo ¡MEJOR...!
¡Mis mejores deseos y Bendiciones...!
¡Felíz 2007!
Francisca Luján
¡Es un día que amo tanto...! Me recorren muchas emociones, pues la noche del 5 de enero, desde hace muchísimos años, me produce una especie de encanto que me lleva curiosamente a la misma actitud: contemplar como embelesada el cielo infinito...
Y, créase o no, me parece sentir desde el vasto cielo estrellado una comunicación especial...
Las noches del 5 de enero tienen un aroma diferente y el azul nocturno pareciera resaltar más que en todas las otras noches del año...
Las estrellas me parecen que lucen sus colores con brillo más intenso...
Y siempre observo, año tras año, unas nubes de raras formas... ¡jugar a una ronda especial con la luna!
No sé cuál es el significado de este estado que se produce en mí en las noches de Reyes..., pero quise contarles a ustedes mi experiencia.
¿Quíén no recuerda con emoción los preparativos previos, como buscar el pastito para los camellos o el balde de agua fresca para apagar la sed de tan largo viaje? ¡Con cuánta emoción esperábamos ese día...!
Y les aseguro que siempre discutí con todo áquel que quisiera negar que yo... ¡había visto a los tres REYES MAGOS a los pies de mi cama.. ! Son tres rostros que no olvidaré jamás.
Después, cuando fueron pasando los años, yo era la encargada de mantenerles esa ilusión tan hermosa a los niños del barrio, ya que me encantaba dibujarles un camino de pastito o ramitas de diferentes plantas desde mi casa hasta la media cuadra y se perdían en alguna azotea...
Jamás olvidaré los ojitos brillantes de mi hermano menor y sus amiguitos recorriendo el supuesto trayecto de los camellos...
Y una vez que había llovido terriblemente no tuve mejor idea que marcar, sobre la tierra ablandada por el agua, una herradura que había en el fondo de casa... Les cuento que todo el día fue un desfile de niños con ojitos desorbitados de alegría y asombro..., que gritaban eufóricos llamándose unos a otros: “¡Juancito, Miguel, Oscar, Cachito, Pirucho..., en la casa de Alberto los camellos dejaron las pisadas...!”
Hoy esos chicos ya son hombres, algunos con hijos.y nietos. Cada vez que se encuentran.. recuerdan aquella anécdota con emoción...
Y tantas... tantas vivencias.que uno guarda en la memoria relacionadas con esta fecha... Quizás sea el motivo de tener ese especial encanto la noche del 5 de enero.
Como regalo de Reyes me gustaría que en cada corazón del hombre renaciera aquel niño puro que alguna vez vibró con la simpleza del ¡AMOR! Y así poder transformar este querido planeta en un mundo ¡MEJOR...!
¡Mis mejores deseos y Bendiciones...!
¡Felíz 2007!
Francisca Luján
Etiquetas: EMOCIONES, HISTORIAS REALES


