miércoles, julio 19, 2006

AROMAS DEL CORAZÓN

Hoy la consigna fue jugar con los aromas. Y me sorprendió una vez más la emoción de los oyentes... ¿Será que estamos cansados de oir y ver tantas cosas feas que nos rodean, no sólo a nosotros sino a nivel mundial, que necesitamos esa caricia en el alma... que es jugar con los recuerdos?

La propuesta fue: “¿Qué aroma recuerdan de su niñez?” Por ejemplo, yo recuerdo el perfume a jazmines en las noches de verano, cuando jugábamos a la rayuela, o el olorcito a cascaritas de naranjas que mi abuelita ponía en el brasero...

¡Les cuento que los teléfonos se pusieron al rojo vivo!

Y entre tantísimos llamados resalto la emoción de Amalia, de Tropezón, que recordó las retamas en la noches cálidas o el aroma de los árboles de tilo cuando están en flor.

Marta, de Ciudadela, recordó las glicinas, el romero y ese aroma tan especial que regalaban las violetas.

María Amelia recuerdó el gran árbol de magnolias en casa de su abuela y las damas de noche, y nos contó que su tía colocaba debajo de las almohadas un ramito de lavanda para dejarlas perfumadas.

Nelly, de San Martín, nos comentó que la consigna del día le hizo recordar el aroma a menta... y muy emocionada dijo que se acordaba de su papá, pues él hacía ricas comidas con menta, ya que era de ascendencia árabe, y que además... siempre solía llevar un ramito de menta en el bolsillo... Y este recuerdo la emocionó mucho, pues si su papá viviera, ese día... justamente estaría cumpliendo años...

La abuela Irma, con sus 89 añitos nos contó que venían hasta ella recuerdos del aroma de una frondosa madreselva que había plantado su papá y que la cuidaba más que a ninguna otra cosa.

Rosa, de Caseros, emocionada dijo que al oír la consigna vino hasta ella el aroma de las alverjillas, que en el fondo de su casa nacieron junto con ella... y le parecía estar viendo a su mamá que la llevaba de la mano para regarlas juntas todas las tardecitas... y que hasta le parecía... estar sintiendo el calorcito de la mami muy cerca de ella.

Miguel, de Caseros, contó que se vio cuando era chico... y su abuela en una pava viejita colocaba los eucaliptos para aromatizar toda la casa.

Daniel, de San Martín, dijo que se remontó a su niñez... en el pueblo de Ezeiza, y volvió a sentir, como hace años no le pasaba, el perfume inconfundible de los árboles de aromos.

Y... son tantísimos más los recuerdos... Elegí éstos por la carga de emoción que transmitían... Por eso quise regalártelos a vos... Cerrá por un instante tus ojos y paseá por los senderos del recuerdo... ¿qué aroma sentís?

Francisca Luján

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